Fue un viernes 13 de Agosto de 1999 que nos dirigimos a estas famosas cuevas. Alejandro
López, Chema López, Calín Ayala, Nicolás Burgos, Pedro Pérez, Jesús Manzanares y
Enrique Barillas.
El objetivo de nuestro viaje era conocer la famosa cueva y buscar ideas para que éste lugar
histórico a 10 kilómetros del centro de nuestro querido San Pedro Nonualco, fuera conocido
por los salvadoreños y por el mundo.
Pasamos las dos quebradas que vienen de las alturas del pueblo, camino a San Ramón
Zacatal, uno de los 7 cantones de nuestro pueblo. Encontramos a Pedro, quien sería nuestro
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guía, pues ninguno de nosotros conocía el sitio. El trabaja para la PNC Y estaba de
vacaciones. Fue cosa de 15 minutos en llegar en el Chevrolet S 10 en que nos conducíamos.
Debido a lo malo del camino tuvimos que ir despacio.
La primera idea que se nos vino era que el camino debería ser mejorado por la comunidad
para facilitar la llegada del turista. El camino es el que de San Pedro Nonualco conduce a
Santiago Nonualco. Es un camino no pavimentado. Llegamos a Santa Cruz Loma , cantón
perteneciente a Santiago. Gracias a que las pendientes más difíciles estaban empedradas
llegamos al lugar donde se puede llegar con vehículo. Chema López, hijo de mi tía
Esperanza, no pudo llegar por su salud, pero consiguió un caballo alquilado. Cuando
creímos no nos acompañaría, nos alcanzó. Es un kilómetro el que hay que caminar a la
peña. Hay que caminar cuesta arriba. Logramos arribar sudados, pero con el entusiasmo
que queríamos conocer el refugio de aquel hombre aguerrido que lucho por mejorar el trato
de los indios de su época.
Llegué de primero y ví tremendo hueco incrustado en la peñona. La cueva tiene unos 25
metros adentro. Por falta de una lámpara no pudimos adentrarnos más. Dijo el dueño de la
propiedad de apellido Lobato que la cueva sigue hasta llegar a otra peñona. Creencia de los
lugareños. La cueva tiene dos chimeneas que dan a lo alto de la peña. Rodeamos la peña
hasta el lugar más alto, de donde se podía divisar una panorámica fenomenal: el imponente
volcan Chinchontepec –2174 metros sobre el nivel del mar-que desnudaba sus tres chiches
ante nosotros. Chiches del nahuat pechos. Mucho menos alto estaba nuestro “volcancito”,
cariñosamente llamado por los sampedranos que alcanza a unos 1500 metros sobre el nivel
del mar. No es un volcán sino una elevación montañosa- cerro- en las faldas del volcán de
san Vicente. Pudimos divisar el cerro de Las Pavas de Cojutepeque. Los cerros de los
Tepezontes en el occidente. El mar del sur de Vasco Núñez de Balboa lo teníamos a la
vista.
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